La senadora por Atacama, Yasna Provoste Campillay; la vicepresidenta del Senado universitario de la U. de Chile, Verónica Figueroa Huencho; y la coordinadora de la Cátedra Amanda Labarca, Roxana Pey Tumanoff, fueron las protagonistas del conversatorio «Hacia la paridad de género en la Chile y en el Chile que viene». En la instancia, abordaron los logros y desafíos pendientes en cuanto a equidad entre hombres y mujeres, dentro y fuera de la Academia, y plantearon la importancia de incorporar la plurinacionalidad dentro de la Carta Magna.
La integración de la mujer al mundo público y ciudadano en Chile ha sido una lucha larga y lenta que se remonta a los años 20, y que se ha hecho de pequeñas victorias que allanaron el camino para la verdadera revolución feminista que vivimos hoy. Una de sus últimas conquistas ha sido alcanzar la paridad de género en el actual proceso constituyente. Ya no se habla de si las mujeres tienen o no derecho a votar, cuestión que en Chile recién se logró de manera plena en 1949. Ahora se busca que las mujeres tengan igual representatividad en todas las áreas del quehacer político, académico y social. Pero aún hay tareas pendientes y sutilezas que a veces dificultan que la paridad de género sea una realidad.
Con esta reflexión inicial se inició ayer el conversatorio titulado Hacia la paridad de género en la Chile y en el Chile que viene, organizado por la Cátedra Amanda Labarca, dependiente de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones (Vexcom) de la U. de Chile. La actividad tuvo de panelistas a tres mujeres que se han destacado en sus trayectorias por llegar a cargos de alto mando en espacios tradicionalmente ocupados por varones. Yasna Provoste Campillay, de ascendencia diaguita, fue ministra de Estado en los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet y es hoy senadora de la República por Atacama; Verónica Figueroa Huencho, de origen mapuche, es académica del Instituto de Asuntos Pública de la U. de Chile, y el pasado 6 de septiembre se convirtió en la primera mujer en ser elegida vicepresidenta del Senado universitario; y Roxana Pey Tumanoff, proveniente de familia de migrantes, quienes llegaron en el Winnipeg, se transformó en 2015 en la primera mujer rectora de una universidad estatal, la Universidad de Aysén, y es actualmente coordinadora de la Cátedra Amanda Labarca. La instancia fue transmitida a través del Facebook de la Vexcom y moderado por su directora, Svenska Arensburg.
“Es muy valorable tener mujeres ocupando espacios de poder, pero sobre todo es que sean conscientes de cómo llegaron a ocupar esos espacios, que no es por méritos totalmente individuales, sino colectivos, y lo digo como mujer mapuche, que no sólo viene como tantas mujeres indígenas de entornos de pobreza, donde la educación universitaria no formaba parte de nuestras conversaciones familiares ni de un imaginario de niñez. Hemos llegado a estos espacios porque hemos logrado configurar espacios colaborativos y hemos buscado ser generosas para poder validarnos”, dijo Verónica Figueroa en su primera intervención. “Las mujeres llegamos a esos espacios forzadas por otras mujeres que vinieron antes, son los movimientos feministas los que lograron poner en las agendas de los países y de las instituciones el género en una dimensión de desigualdad, no son espacios que se conquistaron por buena voluntad”, agregó.
En esa misma línea, la senadora Provoste dio su testimonio sobre la pelea justamente por la inclusión de cuotas de género que dio en 2017 en el Congreso. “Lo que no se cuenta es que fue el propio gobierno, impulsado sin duda por los sectores machistas, el que presentó una indicación que hacia letra muerta la ley de cuotas, porque decía que en aquellos territorios donde existían primarias no era exigible la ley de cuotas, entonces bastaba que un hombre se juntara con otro que trabaja para él mismo en muchos casos y establecieran una primaria para que en ese territorio dejara de existir la ley de cuotas. Nosotros nos organizamos muy transversalmente para presentar una indicación para volver al sentido original de la ley de cuotas y los comentarios que recibimos de nuestros compañeros varones en el parlamento fueron realmente increíbles y absolutamente falaces. Nos dijeron, por ejemplo, que no había suficientes mujeres calificadas para estos trabajos, cuando en el ámbito universitario son las mujeres las que más se titulan; nos dijeron que porque no volvíamos en otro momento con otra idea mejor, en fin, sacamos la ley igual pero con dificultades”, señaló.
Para Roxana Pey, coordinadora de la Cátedra Amanda Labarca, el problema central gira justamente en que aún no se logra instalar la paridad de género como pilar del sistema, y recordó las palabras de la recientemente fallecida jueza feminista estadounidense, Ruth Bader Ginsburg, quien dijo que “las mujeres deben estar en todos los lugares donde se tomen decisiones, no hay motivo para que eso no ocurra, sin embargo, eso no está ni en nuestros espacios educativos ni en la política. Lo demuestra el hecho de que se logre a tirones que nuestro proceso constituyente sea con paridad de género, pero con restricciones, o sea, solo en estas circunstancias sino no. Cada vez que pueden se saltan la paridad, si la regla no dice explícitamente que tiene que haber paridad de género pues no la hay”.
Pero no sólo la inequidad de género se expresa en cuanto a la representatividad en las diferentes áreas de la vida política y profesional. En el ámbito salarial siguen existiendo profundas desigualdades. “A las mujeres les sigue costando más encontrar empleo, y la brecha salarial va del 12 al 35 por ciento y de pensiones para las mujeres son hasta un 40% más bajas, es decir, las mujeres siguen teniendo un castigo adicional, sólo por el hecho de ser mujeres”, agregó Pey. Provoste señaló por su parte las falencias que aún hay en el Congreso: “Todavía hay sectores donde la toma de decisiones es crucial, por ejemplo en la comisión de Hacienda, donde hay sólo hombres. Entonces, claro, este país tuvo una Presidenta de República mujer, y eso da cuenta de que no hay espacio vedado para las mujeres, pero no puede ser todo simbólico o depender del liderazgo de turno. El espacio de las mujeres debe quedar institucionalizado”.
Cuestión de origen
Siendo ambas descendientes de pueblos originarios, tanto Yasna Provoste como Verónica Figueroa concordaron en que es esencial establecer la plurinacionalidad como parte constitutiva del debate para el Chile que viene, y que éste se cruza inevitablemente con el tema de género. La senadora universitaria señaló además que el haber sido electa en su cargo evidencia que es necesario que existan personas de origen indígenas para impulsar inciiativas como la que hace poco logró que la Universidad de Chile tenga por primera vez una política interna para pueblos indígenas.
“La plurinacionalidad se convierte no sólo en una forma de romper con una hegemonía y forma de pensamiento sino también con esa idea de homogénea de un Estado que por más de 200 años se ha visto así mismo desde esa neutralidad y una sola nación construida sin los pueblos indígenas que pre existíamos en este territorio. Como pueblos indígenas no basta con un reconocimiento constitucional de que existimos sino que es necesaria la plurinacionalidad que nos de autonomía como nación”, señaló Figueroa.
Para la senadora Provoste, el tema de género e indígena se relacionan por la invisibilización que han sufrido ambos. “Los temas de paridad y de reconocimiento indígena en una Nueva Constitución se deben asumir sin temor y sin limitaciones arbitrarias. El reconocimiento a la autodeterminación territorial a los pueblos indígenas que decidan sus propios asuntos es muy importante. En el norte, por ejemplo, el tema del agua, la disputa que existe con grandes grupos internacionales de la minería, tiene que visibilizarse. Para las comunidades andinas, que el uso de las aguas ancestrales sea un derecho que esté garantizado y que les restituyan las aguas es muy significativo”, afirmó la senadora.
Por su parte, Roxana Pey Tumanoff se refirió al tema migratorio, otro controvertido debate que está actualmente en la agenda parlamentaria, a propósito de su propia condición como descendiente de una familia de españoles inmigrantes. “Para mí es fundamental la acogida de los migrantes por experiencia familiar. Chile se enorgullece de haber recibido al Winnipeg, a los españoles refugiados. Este año se cumplieron 81 años de su llegada, y se cuenta como una historia mítica y que no estuvo exento de los mismos problemas y discusiones que se oyen hoy por la prensa y en los espacios políticos. La utilización que se hace para enemistar a los nuevos llegados a estos territorios con quienes viven aquí. Que vienen a quitarles los trabajos, que vienen cargados de enfermedades. Cuando llegó el Winnipeg, donde venía a mi familia, las frases aparecidas en la prensa y en el debate de los sectores conservadores son exactamente las mismas”, advirtió.
En la última ronda de preguntas, y consultadas directamente sobre el escenario de una Convención Constitucional para la redacción de una nueva Carta Magna, las panelistas estuvieron de acuerdo en la necesidad de que la paridad de género sea más que sólo un mecanismo de discusión. “En esta lógica occidental donde la palabra es la forma de construir realidades, creo que esta Constitución que será leída por las generaciones futuras, que serán las encargadas de interpretarlas y discutir las normas, tiene que quedar muy clara la lógica de la paridad”. En este sentido, se citó un listado propuesto por la red de politólogas liderado por Javiera Arce: “Debe ser una constitución redactada en lenguaje inclusivo, un reconocimiento explícito a la laicidad del Estado, el reconocimiento de la igualdad y al no discriminacion de género y el derecho fundamental a la participación política, la corresponsabilidad de los deberes familiares”, entre otras.
La senadora Provoste, en tanto, fue enfática “No podemos aceptar ser mencionadas sólo en un artículo, la Constitución completa debe tener una perspectiva de género. Lo que uno espera es que sea el modelo económico el que podamos sacudir y tengamos una nueva Constitución donde las mujeres sean reconocidas desde el principio y hasta el fin, y lo mismo espera el mundo indígena”.
Revisa el conversatorio completo aquí:
Denisse Espinoza – periodista Vexcom