Las mascarillas se han vuelto una postal habitual de las calles de Chile en los últimos dos años. Asociadas al combate de la pandemia a nivel global, su uso obligatorio fue una medida impopular desde un comienzo por la incomodidad que a muchos les provoca usarlas de manera constante. Si bien en el último tiempo se restringió su uso obligatorio solo a espacios cerrados, esta disposición sigue siendo criticada por personas que las consideran innecesarias ante un inminente fin de la pandemia.
Sin embargo, la académica e infectóloga de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Dra. Claudia Cortés, afirma que el fin de la pandemia está lejos de suceder, ya que la naturaleza del COVID-19 permite prever que esta situación se mantendrá a largo plazo y tendremos que convivir con ella. “Tenemos que empezar a aprender a vivir con una pandemia y tener todas las herramientas necesarias para que el potencial daño que nos pueda generar esa pandemia, en términos individuales y colectivos, sea el menor posible”, enfatiza la profesional.
Esta visión es compartida también por la viróloga Vivian Luchsinger, también académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, quien recalca la persistencia del virus incluso ante la disminución de casos. “La pandemia no se va a acabar por decreto ni por declaraciones de nadie (…) Pero esto depende del comportamiento del virus”, sostiene Luchsinger.
Privilegiar la vacunación, pero no dejar la mascarilla
Es frente a este escenario que la Dra. Cortés reafirma que una de las medidas que debiera mantenerse es la vacunación. En esta línea, sostiene que el uso de mascarillas en espacios donde haya una mayoría que este vacunada se relativiza. “Uno podría empezar a plantear el independizarse de la mascarilla en lugares abiertos y, en algunas circunstancias, en lugares cerrados, particularmente evaluando el costo-riesgo beneficio de exponerse a una enfermedad que estando vacunado es bastante más leve”. Es por esto que la infectóloga enfatiza la importancia del Pase de Movilidad. “Al haber un control del Pase de Movilidad, se asegura que las personas están vacunadas y al estar vacunados el riesgo de trasmisión o una enfermedad grave es mucho más bajo”, indica.
Así también lo plantea la Dra. Luchsinger, pero reforzando la necesidad de mantener la mascarilla en espacios cerrados. “Sería conveniente mantener el uso mascarilla en espacios cerrados, porque igual el virus todavía está circulando. La posibilidad de la pecera es del 7% y hay más de mil infectados diarios. Entonces yo sería prudente”, aclara la viróloga. Su uso, por otra parte, lo percibe como beneficioso en el largo plazo dado que, al mismo tiempo que esta disminuye los riesgos de contraer SAR-COV 2, su uso puede prevenir distintas enfermedades respiratorias por igual. “Yo soy partidaria de recomendar su uso y en especial en épocas en que estamos en una epidemia, ya sea de otros virus, como virus respiratorio sincicial o la influenza”, opina.
Rodrigo Gallardo Olivares
Prensa UChile