Entrevista a Julio Mella en programa «Educación en el aire» de radio Universidad de Chile

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Educación en el aire

El Coordinador Académico del Programa de Bachillerato, Julio Mella Luna, fue invitado al programa Educación en el Aire, espacio radial que el Senado Universitario tiene en la radio Universidad de Chile. En la conversación y a propósito de la segunda realización de la Prueba de Selección Universitaria (PSU), contó en qué consiste el Programa, el perfil de los estudiantes que ingresan, entre otras cosas. Para escuchar la entrevista, hacer click en el enlace radio.uchile.cl. A continuación, les dejamos la entrevista realizada por las periodistas Bárbara Fuenzalida y Francisca Babul.

Para los que aún no conocen el Programa Académico de Bachillerato, cuéntanos cuándo se creó y en qué consiste.

Dentro de lo que son las carreras de una universidad que tiene más de 170 años, el Programa Académico de Bachillerato es bastante joven. Se creó en el año 1994 y básicamente es una vía de ingreso a las carreras de la Universidad, que funciona a su vez como otra carrera. Los estudiantes rinden la PSU e ingresan como si fuera cualquier carrera de la Universidad. En sus dos años de duración, el foco está puesto en darle al estudiante las competencias de distintas áreas del conocimiento. Eso es algo que distingue al Bachillerato de la Universidad de Chile de otras iniciativas que se puedan parecer. La idea de Bachillerato es que un estudiante que se va a transferir a una carrera termine con una gama de conocimientos de distintas disciplinas que no son necesariamente a las que él se va a dedicar. Por ejemplo, un estudiante que va a Derecho tendrá asignaturas de Biología, de Economía, Matemática, Sociología, Psicología y otras, lo mismo que tendrá otro estudiante que después se va a transferir a Kinesiología. Ambos van a terminar con un abanico de distintos conocimientos, que nosotros entendemos que después les va a servir para su desarrollo profesional. El objetivo de Bachillerato desde su creación ha sido ése, formar estudiantes que tengan no la especialidad, sino que se vayan asiendo de los lenguajes de las distintas disciplinas.

Sobre todo también que puedan conocer una abanico más grande de carreras. La Universidad de Chile ofrece muchas carreras y hay un desconocimiento cuando uno está en el colegio sobre las carreras a las que se pueden optar. Uno conoce las carreras más tradicionales, pero hay muchas que ni siquiera existen en el mapa, entonces hay varios casos de estudiantes que ingresan a Bachillerato con una idea y después, finalmente, cambian de opinión estando al interior del Programa.

Claro, es bastante común que si alguien es bueno para las matemáticas desde chico le digan “vas a ser ingeniero” y si es bueno escuchando los problemas de tus amigos “oye, estás pintado para psicólogo”, y esos son estereotipos. Efectivamente, la Universidad de Chile ofrece más de 60 carreras y desde Bachillerato uno tiene la opción de conocer distintas disciplinas y transferirse a cualquiera de estas carreras. Bachillerato tiene un ingreso común; no tiene segregada las carreras a las que un estudiante, finalizando sus estudios, se puede transferir. Eso significa que yo perfectamente puedo entrar con la idea de ir a una carrera como Ingeniería, entre medio enamorarme de las Ciencias Sociales y descubrir Antropología, una carrera que jamás había considerado y que no sabía que existía. Bachillerato da la oportunidad de que eso ocurra.

Es como acompañar en la maduración del estudiante, porque muchas veces saliendo de cuarto medio uno no tiene una idea clara de lo que quiere.

Creo que una característica que se ve harto es la angustia de salir del colegio que tiene que ver con qué voy hacer; con ideas que muchas veces no son propias de los jóvenes, sino más bien impuestas por el medio en el que se desenvuelven; de tener que elegir algo con lo que se van a casar para siempre. Para alguien de 18 años eso es fuerte. Esa angustia es parte de un tránsito de maduración que la viven todos los estudiantes en todas las carreras. Y muchas veces pasa que los estudiantes se dan cuenta en segundo o tercer año de la carrera de que eso no era lo que querían y Bachillerato ofrece -no sé si lo resuelve- la alternativa de ir explorando y de hacer esa exploración acompañado. Nosotros vemos que no hay mucho que perder, porque yo en mi cabeza puedo entrar queriendo Ingeniería, entre medio pasarme en mi cabeza a Sociología y descubrir después que no, que mejor Kinesiología, por ejemplo. Bachillerato permite hacer eso en el transcurso de los dos años, pero existen reglas. Hay mucha gente que entra a Bachillerato queriendo entrar a Medicina. Efectivamente, hay un grupo de estudiantes que se transfiere a Medicina, pero no son todos. Entonces ahí también hay un tema con el rendimiento académico: una cosa es querer y otra cosa es tener el rendimiento adecuado. Lo que tratamos de hacer en Bachillerato es que los que entren tengan todas las oportunidades, entonces hay distintos sistemas de apoyo también.

Ayer  y hoy se rindió la Prueba de Selección Universitaria (PSU), y mucho se ha hablado de que es una prueba poco equitativa. En ese sentido, ¿ves a Bachillerato como una vía probable para un ingreso quizás común a la Universidad?

Probablemente la prueba es inequitativa, pero está en un contexto educacional inequitativo. Creo que más allá de si es o no Bachillerato la alternativa a la PSU, lo que nos tenemos que cuestionar es el sistema educacional. Nosotros no tenemos un sistema entendido como algo que se articula. Un estudiante que pasa de octavo a primero medio no siente ningún tránsito y, sin embargo, hay un quiebre radical cuando está en cuarto medio y pasa al sistema de educación superior. Entonces, si como país no tenemos un buen sistema educacional, probablemente no haya nada que haga un buen tránsito entre una y otra cosa. Cuando se creó Bachillerato en 1994, fue un diseño que se hizo junto con la Universidad Católica, la Católica partió en 1993 con Bachillerato en Ciencias y nosotros en 1994 con un ingreso común. La idea que se soñaba en ese momento era que todas las carreras partieran de Bachillerato y que no se ingresara a la universidad a una carrera específica, sino que se ingresara a Bachillerato para nutrir a los estudiantes de muchas otras áreas del conocimiento y que después eligieran al interior de la universidad qué camino seguir. Hay un tema cultural con eso: si le preguntas a un estudiante qué quiere estudiar, te responde, por ejemplo, ser oftalmólogo. No te dice “mira, sí, pero quiero pasar por la universidad para estudiar medicina”. Muchas veces la misma sociedad te obliga a comprometerte con proyectos muy tempranamente y además se le ha puesto la imposición a las universidades de ir acortando las carreras cada vez más. Entonces la idea es buena, pero también tiene que ser situada: hay un sistema que no tiene coherencia y está el tema cultural de cómo uno le ofrece a los estudiantes algo que no es definido, cuando lo que quieren en ese momento es la mayor definición posible.

¿Hay algún referente internacional que puedan citar? Por ejemplo está la Universidad de Buenos Aires que tiene un ingreso y un plan común para todos. 

Bachillerato tiene un ingreso de 300 estudiantes por la vía regular, quienes después se transfieren a las carreras de la Universidad a través de un sistema de vacantes. Para que esto fuera universal, tendríamos que tener un sistema bien articulado, donde no solo pueda entrar; sino también continuar mucha gente. Creo que las críticas que se le hacen desde fuera al modelo de Argentina es que efectivamente ingresa mucha gente, pero tiene una deserción muy alta y la gente entra, sale, después vuelve a entrar y así. Creo que no se parece mucho a nuestro sistema ni a nuestras costumbres. Creo que una articulación entre la educación secundaria y terciaria pasa por ir creando puentes primero. Por ejemplo, que la universidad se acerque más al colegio, que el colegio se acerque más a la universidad y que ese tránsito sea fluido.

Bachillerato recibe alumnos del Manuel de Salas, colegio que pertenece a la Universidad de Chile, para que durante cuarto medio puedan cursar ramos ahí. ¿Cómo ha sido esa experiencia de tener estudiantes de colegio cursando ramos en la universidad?

Hace un par de años, el Liceo Experimental Manuel de Salas volvió a ser parte de  la Universidad de Chile. Nuestro director, el Dr. Jorge Babul, propuso que la institución se hiciera cargo de esta área porque es parte de nosotros también y así fue como se fueron creando lazos con el liceo. El poryecto lleva varios años haciéndose y consiste en que un estudiante de cuarto medio curse una asignatura en el Programa. Una cosa que es muy importante es que a ese estudiante, una vez que de la PSU e ingrese a la universidad, le reconocen esa asignatura. Además, se la reconocen en el colegio. Eso para el estudiante también tiene un valor porque no está haciendo algo solamente para el futuro, sino también para el mismo año en el que está, en cuarto medio. Incluso el Liceo tiene un procedimiento interno para que los estudiantes les devuelvan algo a sus compañeros, para que les cuenten un poco sobre un tema o experiencia que hayan vivido en la universidad. No es algo masivo, es un grupo de entre 10 a 20 estudiantes los que lo hacen y la experiencia ha sido muy buena, les ha ido muy bien en general. Una ganancia secundaria de todo esto,  además del conocimiento que puedan adquirir, es que te soluciona otros problemas que ocurren al entrar a la universidad. Por ejemplo, les permite conocer la cultura universitaria, el ritmo de la universidad, conocer para qué sirve una Secretaría Académica, por ejemplo. Es un valor que los estudiantes vayan adquiriendo antes ese tipo de conocimiento porque cuando se pasa del colegio a la universidad, ese tránsito es brusco. Una vez que uno entra a la universidad son miles de lenguajes lo que uno tiene que aprender, desde cómo relacionarse con compañeros, con la institución y académicamente, y creo que este tipo de tránsito ayuda a que sea menos traumático. Si el estudiante entra al año siguiente a cualquier universidad, ya tendrá algunas cosas resueltas y podrá ver en esta nueva institución cuáles son los matices, pero ya sabrá cómo moverse.

¿Ese programa se podría ampliar a otros liceos?

No está en estos momentos como proyecto, pero obviamente siempre se puede estudiar. Creemos que se puede aportar a esta misma discusión que estamos teniendo ahora que es cómo hacer que los tránsitos sean más fluidos. Una de las críticas que se le hacen hoy a las pruebas estandarizadas es que efectivamente no reconocen las distintas individualidades, las particularidades de los estudiantes, y tratan de estandarizarlos, valga la redundancia, a un modelo particular. Este tipo de iniciativas te permite ir conociendo al otro y en ese proceso puedes decir bueno, «este es el estudiante que quiero» y ese estudiante decir «esta es la institución en la que quiero estar».

¿Cuál es el perfil de los estudiantes que ingresan a Bachillerato?

Creo que se contraponen dos cosas: cómo el estudiante ve Bachillerato y los estudiantes que conocen Bachillerato en el momento en que tienen sus resultados de la PSU, que es cuando dicen «no me alcanzó el puntaje, qué hago, me dijeron que por Bachillerato podía ingresar». Y está bien, pero Bachillerato es otra cosa. Bachillerato es formar en estas disciplinas para que el estudiante pueda hacer su exploración vocacional y que le sirva. Entonces, cuando el estudiante que quiere llegar rápido a una carrera porque no le alcanzó el puntaje, nos dice «si yo quiero irme a Ingeniería, para qué tengo que ver materias que no tienen que ver eso», nosotros le decimos «bien, usted está acá, haga lo que hay que hacer acá, estudie todas las materias y aprenda de otras áreas». Los estudiantes una vez que egresan lo valoran mucho y durante Bachillerato lo sufren harto. Entonces, a tu pregunta de cuál es el perfil, recibimos muchos estudiantes que toman a Bachillerato como una vía para llegar rápido a una carrera y no lo es, pero en el trayecto se van nutriendo de otras cosas. Otro perfil más chico y que para nosotros es muy importante, son los estudiantes que quieren conocer más de otras áreas antes de elegir alguna línea disciplinar.

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