«La inclusión de las niñas en las aulas de matemáticas chilenas: sesgo de género en las redes de interacciones profesor-estudiante» es el título del estudio que ganó el premio al mejor paper de 2021, en la categoría investigación educacional aplicada, de la revista Journal for the Study of Education and Development (JSED) / Infancia y Aprendizaje, una revista académica internacional y evaluada por pares que aborda la psicología del desarrollo humano, el aprendizaje y la educación a lo largo de todo el ciclo vital. Durante una semana, el paper estará disponible para descarga gratuita acá.
Esta revista es una publicación académica ISI/WoS de larga trayectoria, «con un alto factor de impacto (1.077) en el área de educación, y una de las pocas que publica todos sus artículos tanto en español como en inglés. Es un gran honor para nosotros que este trabajo colaborativo sea reconocido por las y los editores de la revista. Esto nos permite dar visibilidad internacional y atención local a la evidencia sobre desigualdades de género en los procesos educativos. Esperamos, con esto, aportar a mejorar las oportunidades de aprendizaje de las niñas en las aulas de matemáticas chilenas”, comenta la Dra. Lorena Ortega, académica del Instituto de Estudios Avanzados en Educación de la Universidad de Chile e investigadora del CIAE.
La investigación abarcó 79 clases de matemáticas en 43 establecimientos, en su mayoría municipales de la Región Metropolitana, que fueron impartidas por 57 profesores a 2.295 estudiantes. Mediante técnicas de visualización de análisis de redes sociales, que se aplican para analizar desde cómo las interacciones entre amigos influyen en la participación en conductas de riesgo o la elección de determinados campos de estudio hasta el área de las ciencias políticas, el equipo estudió los patrones de interacciones en el aula.
Este es el primer trabajo que, además, analiza las interacciones en las aulas chilenas según el género del estudiante, con análisis de video, detallando el contenido y quién inicia las interacciones y controlando por rendimiento del estudiante y su distancia física con el docente. Por interacciones, se entienden aquellos intercambios con, al menos, un turno verbal entre estudiantes y docente. En esta línea, se estudiaron distintos tipos de interacciones: pedagógicas (que se centran en el proceso de enseñanza “académica”, como puede ser explicar la materia, evaluar la contribución de un estudiante o hacer preguntas respecto de los contenidos abordados); las de instrucciones (que se centran en la gestión específica de las actividades, como ordenar a los estudiantes en grupo, dictar una guía); administrativas (tomar asistencia, distribuir materiales); y de conducta (controlar, alentar y re-direccionar el comportamiento).
Resultados
El estudio identificó que las niñas interactúan menos frecuentemente con su profesor de matemáticas en interacciones de diverso contenido, y tanto en interacciones iniciadas por el docente como por el/la estudiante. En términos generales, se registró un 23% menos de interacciones totales iniciadas por el docente con las niñas que con los niños. Cuando se analizan solo las interacciones pedagógicas iniciadas por el docente, las niñas presentan un 21% menos interacciones, en promedio. Estas diferencias se observan controlando estadísticamente por rendimiento en matemáticas y la distancia física de cada estudiante con el docente en la sala, es decir, la fila donde se sienta el/la estudiante.
Además, las niñas presentan interacciones menos personalizadas con los docentes en las interacciones iniciadas por estos (se observó que los docentes inician significativamente más frecuentemente interacciones de tipo privadas con los niños, es decir, solo entre el docente y el alumno). El desempeño académico de los estudiantes modera estas diferencias solo en las interacciones pedagógicas iniciadas por estudiantes. Es decir, se mantiene el sesgo en desmedro de las niñas de rendimiento académico alto cuando las interacciones son iniciadas por los docentes.
La inclusión de niñas entre aulas no se explica por el género del docente ni por la composición de género del curso: estudiantes mujeres no interactúan más con las docentes mujeres, ni cuando se trata de cursos mayoritariamente femeninos. “Si bien se encontró un importante sesgo de género en desmedro de las niñas en la mayoría de las aulas estudiadas, también se encontró variación entre aulas, es decir, algunas aulas son significativamente más inclusivas de las niñas que otras. Esto quiere decir que los patrones de interacciones sexistas pueden ser modificados y que es importante aprender de aquellas aulas y docentes más inclusivos/as”, explica la investigadora Lorena Ortega.
“Un primer paso para erradicar estos sesgos de género en la escuela es hacer visibles estos patrones de interacciones sexistas y sensibilizar a los docentes lo más tempranamente posible, ojalá en su formación inicial, respecto de estos sesgos, que a menudo operan de manera inconsciente”, agrega la académica.
Comunicaciones CIAE