La iniciativa desarrollada por el Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) -junto a Eduinclusiva y EduGlobal con el apoyo de UNESCO-, revela cómo los docentes han creado nuevas prácticas pedagógicas, colocando el foco de la tecnología en la motivación y en el acercamiento hacia sus estudiantes. El documento afirma que si bien las y los profesores se sienten preocupados por su salud, han logrado enseñar de acuerdo a lo planificado.
Una re-significación del rol de la escuela, innovación en prácticas pedagógicas y la generación de vínculos más cercanos con los estudiantes y sus familias, poniendo el foco de la tecnología en la motivación, han cobrado fuerza haciendo que se reinvente la labor docente en el contexto de pandemia. Así lo concluye el estudio “COVID-19: Nuevos contextos, nuevas demandas y experiencia docente en Chile”, desarrollado por el Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la U. de Chile, el Centro de Investigación para la Educación Inclusiva y la Red EduGlobal, con el apoyo de UNESCO.
Según la encuesta, si bien las y los profesores declaran sentirse agobiados y preocupados por su salud, una vez acostumbrados al nuevo contexto han logrado enseñar de acuerdo a lo planificado y el aprendizaje obtenido ha permitido importantes reflexiones pedagógicas sobre el sentido de la educación escolar. “Esa reflexión los lleva a re-significar el rol de la escuela y de sus propias prácticas docentes. Se ha instalado en ellos la pregunta acerca de lo que necesitan los estudiantes para aprender”, dice Beatrice Ávalos.
Asimismo, el estudio detectó que, durante este período de crisis sanitaria, las y los profesores han buscado formas distintas e innovadoras en relación a sus prácticas pedagógicas que les permitan conectarse y trabajar con sus estudiantes.
“No es cualquier tipo de innovación, sino una innovación sensible en la que recurren más a lo lúdico, centrándose en los aspectos emocionales de los estudiantes, buscando reconocer y respetar sus posibilidades materiales y distintas realidades”, dice el informe de resultados de esta investigación construida sobre la base de una encuesta y de relatos de 2.205 docentes de distintos establecimientos y territorios.
Relación familia-escuela
En relación con el contacto con las familias, el estudio concluye que las circunstancias de educación a distancia han permitido que los docentes adquieran más conocimientos sobre las familias de sus estudiantes, sus realidades y contextos. Por ejemplo, el 42 por ciento de los y las docentes afirmó haberse contactado con sus estudiantes la última semana de manera presencial o a distancia por “asuntos relacionados con el trabajo escolar de su asignatura o curso y su jefatura” y/o “para saber cómo estaban”.
«Manifiestan una gran preocupación por sus alumnos y sus familias, especialmente en relación con el bienestar, al aprendizaje y los problemas económicos. Esta modalidad en línea les ha permitido estar en una relación más de uno a uno con los estudiantes, los van viendo más en su contexto familiar, presente todo el día. El rol del profesor incluye acogida, motivación y contención emocional», explica Mercedes Celedón, directora de EduGlobal.
Uso de la tecnología con foco en los estudiantes
Asimismo, el estudio determinó que la preocupación por los estudiantes ha avanzado hacia el diseño, la elaboración y la implementación de distintas estrategias pedagógicas. «Recogimos ejemplos concretos de que las y los profesores al hacer clases están atendiendo también las necesidades socioemocionales de sus estudiantes. Hay un discurso profesional y de vocación docente que ha ido generando estrategias a nivel individual pero también de escuela. Claramente ha habido cambios en el modo de enseñar y aprender», dice Verónica López, directora del Centro de Investigación para la Educación Inclusiva.
Los resultados de la investigación muestran cómo el nuevo contexto de pandemia ha llevado a las y los docentes a perfeccionarse en el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), plataformas y herramientas digitales: el 90 por ciento dice “haber aprendido alguna o varias cosas nuevas de utilidad para el trabajo”. Sin embargo, el uso de la tecnología ha estado al servicio de lograr la motivación de sus estudiantes. Así, el 70 por ciento de los docentes dice que un gran desafío ha sido “diseñar actividades de clase estimulantes” en las nuevas circunstancias y más de dos tercios destaca como logro que sus estudiantes se mantuviesen “mediana” o “casi totalmente involucrados”. Sin embargo, en este sentido hay una diferencia: mientras el 80 por ciento de docentes de establecimientos privados estima que la mayoría de sus estudiantes participa, sólo el 14 por ciento de aquellos de establecimientos públicos tiene la misma percepción.
Que el recurso digital sea de fácil acceso y de calidad son los dos criterios que priman a la hora de explorar y seleccionar la plataforma o recurso más pertinente, de acuerdo al estudio. El formato más usado es la producción de videos o “cápsulas de aprendizaje”, mientras que las redes sociales son las plataformas preferidas.
«Me preocupa que un grupo importante de las actividades virtuales no tengan posibilidad alguna de implementarse en establecimientos educacionales donde sus respectivos estudiantes no cuentan con computadores o teléfonos con acceso a internet. Ante esta situación, considero importante habilitar programación radial y de TV para los diferentes rangos de edades de estudiantes pues está demostrado que las familias sí cuentan con radio y televisión”, señala un profesor de educación musical de un establecimiento público de nivel socioeconómico bajo.
Elizabeth Simonsen – CIAE