Incertidumbre pero una rápida respuesta, es lo que resume los diferentes caminos que han tomado los espacios museográficos de la Casa de Bello a propósito del cierre de sus dependencias por la crisis sociosanitaria. Aprendizajes y proyecciones es lo que relatan y analizan desde estas dependencias culturales, que han mantenido su trabajo de difusión, reflexión y vinculación con las comunidades desde la virtualidad.
“Lo primero fue el desconcierto de que el museo iba a estar cerrado, y asumir la contradicción de lo que significaba que una institución destinada a un ejercicio público permanente frente a la sociedad, iba a tener que estar cerrada”, es lo que relata el director del Museo de Arte Contemporáneo (MAC), Francisco Burgnoli, respecto a la decisión de cesar las labores presenciales de toda la comunidad universitaria, incluyendo ambas sedes del MAC.
¿Qué hacer? fue la pregunta siguiente, misma que se plantearon los otros museos de la Casa de Bello –el Museo de Arte Popular Americano (MAPA), el Museo de Anatomía, la Sala Museo Gabriela Mistral, el Museo Nacional de Odontología, el Museo de Química y Farmacia y el MAC– los cuales, en sus especificidades y diferencias, desplegaron diversas estrategias para seguir cumpliendo su rol desde lo virtual; asumiendo sus dificultades, lo que, como agrega el profesor Brugnoli, “era bastante interesante porque era ponernos en la misma situación del público”.
Crecimiento y diversificación de los públicos
Sin duda las redes sociales han sido protagonistas de estos meses de cuarentena y distanciamiento social, lo que para Julio Cárdenas, director del Museo de Anatomía, espacio dependiente de la Facultad de Medicina, “en vez de disminuir el interés de la gente lo acrecienta, les da ganas de poder venir a ver presencialmente lo que han visto en imágenes”.
“El mundo digital se convirtió en el nuevo espacio público y de encuentro con las comunidades”, señala Nathaly Calderón, encargada de la Unidad de Educación de Archivo Central Andrés Bello, del cual depende la Sala Museo Gabriela Mistral, ubicada en Casa Central. Dicho espacio, relata Calderón, fortaleció su presencia en las plataformas, y optó por participar de espacios formativos respecto a su uso y potencialidades. Todo, eso sí, “manteniendo el sello y los objetivos del espacio”.
Como destaca el director del MAC, las redes y la virtualidad han impactado en un aumento cuantitativo de los públicos. “Nosotros en el mejor de los casos recibimos un millón de visitas al año, pero Santiago tiene más de 6 millones de habitantes. Hay un público que no tiene idea de nosotros, pero a través de este sistema nos hemos dado a conocer. Hemos hecho crecer el museo, con una serie de contradicciones”, señaló Brugnoli.
Situación similar es la planteada por la directora del MAPA, Nury González, dado que “a pesar de lo negativo, hay una cuestión positiva porque llegamos a lugares donde no llegábamos, a personas de otras ciudades y países”, impactando en “una democratización”; proceso sobre el que ya estaban adaptándose como equipo dado que su sala de exhibición se encuentra en las dependencias del Centro Cultural GAM, que no pudo abrir de manera constante post estallido social.
Acciones
Como relata Richard Solís, director del Museo de Química y Farmacia, dependiente de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas, una de sus acciones fue desarrollar una serie de entrevistas con actores y representantes de otros museos del país y la región, a fin de conocer y compartir sus experiencias en este contexto.
En el caso del MAPA, la recomendación de materiales audiovisuales, conversatorios virtuales con investigadores y artesanos, y talleres introductorios en vivo sobre técnicas vinculadas a las piezas del museo –todo con materiales comunes que los públicos tuvieran en casa-, fueron parte de las actividades. A esto se suma la posibilidad de retomar con mayor disponibilidad de tiempo las tareas de investigación y de gestión de información de las colecciones.
En el caso de la Sala Museo Gabriela Mistral, el desarrollo e incursión en el mundo audiovisual ha sido uno de los caminos, como una “herramienta que nos permite acercar la exposición y las piezas también manteniendo los objetivos de la exposición actual, que son apelar al pensamiento crítico, la reflexiones y a la emoción”.
En el caso del MAC, una de las acciones fue el levantamiento de exposiciones virtuales y la modelación digital de las mismas. A esto se suma el retorno del programa “Irrupciones”, esta vez en formato podcast.
Lo que viene
Para el director del Museo de Anatomía, este espacio que también está dedicado a la formación de profesionales de la salud, los siguientes pasos son desarrollar y potenciar las herramientas virtuales del espacio.
En el caso de la Sala Museo Gabriela Mistral, una de las próximas acciones es el levantamiento de recorridos virtuales, además de nuevos materiales audiovisuales de la exposición Mujeres Públicas.
El MAPA, como señala la profesora Nury González, está trabajando en una nueva presentación de su página web, a lo que se suman exposiciones virtuales, entre las que se encuentra una dedicada a las piezas Sello de Excelencia a la Artesanía, gracias a un convenio con el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
El Museo de Química y Farmacia, relata Richard Solís, se encuentra en trabajos en su infraestructura gracias a la adjudicación de recursos públicos, específicamente el rediseño de una ampliación dentro del museo que incluye el mejoramiento del depósito.
Para Richard Solís, “lo más importante es la reflexión en el hacer, de desacralizar los espacios museales, que las propuestas o la investigaciones, la parrilla programática o el tipo de actividad esté al servicio de la comunidad y no en este plinto que está, sobre todo considerando nuestro contexto nacional”.
En definitiva, como señala el profesor Brugnoli, “la pandemia fue una oportunidad. No completa porque el museo cumple cuando puede presentar materialmente su acervo, pero cuando podamos abrir los puertas, habrá ganas de ir a verlo y eso es ya cumplir la tarea completa”.
Texto: Francisca Palma